La familia Pulenta ha estado ligada a la viticultura argentina por más de tres generaciones.
Este proyecto nace cuando Antonio Pulenta vendió la mayoría accionaria de Trapiche y sus hijos Eduardo (Enólogo de la tercera generación) y Hugo decidieron continuar con la tradición de la familia y construir su propia bodega.
Se encuentra asentada en una extensión de 135 ha de viñedos en Agreglo, Luján de Cuyo (Mendoza). Esta zona cuenta con un extraordinario clima y una favorable amplitud térmica que garantizan excepcional calidad en las uvas.
Cada uno de las variedades que trabajan logran un impresionante nivel de calidad gracias a un gran equipo humano y tecnología de punta, desarrollando un grupo de etiquetas que ha logrado grandes valoraciones a nivel nacional e internacional.